domingo, julio 10, 2011

La clave del dramón

Tengo un problema con las series. Veo todas las que puedo y no tengo filtro, pero si hay un género que tengo dificultades para tragarme son los dramones. Anatomía de Grey, Cinco Hermanos y cosas parecidas son difíciles de creer. Tengo problemas de credibilidad, una vez pasadas dos o tres temporadas como mucho, dejo de creerme que tantas desgracias puedan suceder en el mismo espacio y a las mismas personas.

Ahora estoy viendo la cuarta temporada de Cinco Hermanos. Divorcios, enfermedades, muertes, reconciliaciones, bodas. Entiendo cuál es la fórmula que entretiene el público, es ver el drama por el drama, pero no deja de ser interesante la fórmula que utilizan los guionistas americanos para llamar la atención. Ese humor que casi todos los personajes son capaces de conseguir mezclándolo con el drama es la salsa de este tipo de productos.

El drama español es diferente. El género en sí, no es específico. No se me ocurre un drama típico en la televisión de los últimos años. Supongo que últimamente se centran más en romances y la media de edad baja hasta la adolescencia. El claro lastre de la hora larga que duran los capítulos de las series españoles hace que sean series multigénero, sin ton ni son en muchos aspectos.

El problema de las series americanas es que acaban usando los mismos lugares comunes: el te quiero no correspondido, las crisis típicas americanas... Sin embargo, los españoles caen en lugares comunes amorosos: me dejan/te dejo, conozco chico nuevo que me gusta más...

Sigue sin convencerme el género, pero he de admitir que las series americanas tienen una mejor factura, además tienen la capacidad de descubrir futuras estrellas en cada serie. En España rara es la ocasión en que hay valentía en cuanto a reparto: quizá El Internado y poco más.

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