jueves, marzo 04, 2010

Me Dan Hasta Pena

La persecución que está viviendo estos días el amigo Pérez Burrull me ha hecho que siento un poco de empatía por el colegiado y hasta me dé un poco de pena el colectivo arbitral. Pero tranquilos que no me he vuelto loco.

Y es que no lo entiendo. Pérez Burrull se equivocó, sí. Pero el más perjudicado fue el equipo que ganó 4-1. Por lo tanto no entiendo tanto revuelo. El Valencia puede quejarse lo que quiera, pero lo único dudoso es que yo no habría expulsado a Marchena. Pero el penalti que se come de Banega a Rayes es clamoroso.

Pero cuál era mi sorpresa cuando el día siguiente todos los informativos habrían su sección de deportes con la imagen del árbitro cántabro. Hasta el punto que la presión mediática ha hecho abrir la nevera al comité de árbitros. Esa nevera inexistente ya que no hay puerta de entrada ni de salida. Una nevera que si se utilizara cuando hace falta estaría más lleno que El Corte Inglés el primer día de rebajas.

Pero la noticia que me ha llegado al alma es una que he leído en la edición impresa del As (lo siento en el bar donde he tomado café no tenían otro). Básicamente decían que el Comité de Árbitros había eximido al cántabro de pasar las pruebas físicas por su estado anímico. Me he hartado de reír. Menos mal que al final era sólo un “rumor” como dicen aquí.

En fin, árbitros profesionales YA, árbitros que den ruedas de prensa y que expliquen su visión de las jugadas. Árbitros con voz y personalidad propia, pero con idea de conjunto y sobretodo árbitros que tengan huevos para enfrentarse a sus propios jefes, esos jefes que los ponen en el disparadero y nunca les defienden. Esos jefes a los que no les cuesta nada que unos comités desde su sillón decidan rearbitrar unas cosas sí y otras no. Esos jefes a los que ellos han votado, pero que no todos quieren. Esos que llevan al colectivo arbitral a ser el más odiado del deporte, sin merecerlo (del todo).

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