La noticia del fichaje de Megía Dávila por el Madrid ha sido una de las noticias bomba de las últimas dos semanas. He querido escribir sobre ello, pero preferí esperar a que se enfriase la situación y poder analizar el fichaje desde una perspectiva diferente. Lo primero es posicionarse: el fichaje de Megía Dávila es un gran error. No sé de quien es la culpa, pero así es. Un gran error.
Megía Dávila era un árbitro en activo cuando se dio la noticia de su fichaje por el Madrid, noticia que luego se desmintió, aunque más tarde se confirmaría. En cualquier caso, la cascada de noticias al respecto no ha hecho más que echar por tierra la credibilidad del estamento arbitral. Viéndolo desde una perspectiva externa: un árbitro había fichado por el Real Madrid. Un árbitro que podría haber arbitrado en la primera jornada a cualquiera de los rivales del equipo merengue.
No voy a revolver en el estamento arbitral y la verdad es que no me voy a poner a revisar en la hemeroteca para ver los partidos que pitó la pasada temporada el árbitro madrileño, pero la suspicacia está servida. ¿Os imaginais que hubiera pitado al Barça en el partido decisivo de la pasada temporada?
Siempre he pensado que los árbitros son personas y que por mucho que se empeñen no pueden separar sus aficiones con su profesión y si un árbitro es del Madrid, me cuesta mucho no pensar en que cuando pite al Barça o al Atlético su credibilidad está en entredicho. La decisión de Megía de fichar por un equipo cuando aún es un árbitro "profesional" solo hace que rebajar la poca estima que le tenía ya al estamento arbitral.
El Madrid tampoco ha estado afortunado. Quizá es un fichaje correcto, no hay nadie mejor que un árbitro para acompañar y hablar con otros árbitros, pero echar el lazo sobre un árbitro en activo no es de ser demasiado cautelosos. El hecho de saber que Megía Dávila estaba dispuesto a aceptar su oferta tampoco dice nada bueno del fichaje.
Megía Dávila no es el primer árbitro que trabaja para un equipo, así a bote pronto recuerdo a Ansuátegui Roca en el Villarreal y a Muguruza en el Alavés, pero creo que es el primero que deja el estamento arbitral para fichar por un equipo.
Todo este asunto no hace más que reforzarme en la idea que el estamento arbitral necesita una profesionalización YA. Necesita que sus propios miembros se respeten entre ellos y este respeto no solo se demuestra no hablando de las decisiones de los otros árbitros o no hablando ante los medios, se demuestra convirtiendo su labor y el de sus compañeros en un trabajo, no en un hobbie. Un árbitro que es además cajero de banco es raro, pero que un árbitro deje su hobbie por una profesión en un club de fútbol me parece un cachondeo de los gordos.
Megía Dávila era un árbitro en activo cuando se dio la noticia de su fichaje por el Madrid, noticia que luego se desmintió, aunque más tarde se confirmaría. En cualquier caso, la cascada de noticias al respecto no ha hecho más que echar por tierra la credibilidad del estamento arbitral. Viéndolo desde una perspectiva externa: un árbitro había fichado por el Real Madrid. Un árbitro que podría haber arbitrado en la primera jornada a cualquiera de los rivales del equipo merengue.
No voy a revolver en el estamento arbitral y la verdad es que no me voy a poner a revisar en la hemeroteca para ver los partidos que pitó la pasada temporada el árbitro madrileño, pero la suspicacia está servida. ¿Os imaginais que hubiera pitado al Barça en el partido decisivo de la pasada temporada?
Siempre he pensado que los árbitros son personas y que por mucho que se empeñen no pueden separar sus aficiones con su profesión y si un árbitro es del Madrid, me cuesta mucho no pensar en que cuando pite al Barça o al Atlético su credibilidad está en entredicho. La decisión de Megía de fichar por un equipo cuando aún es un árbitro "profesional" solo hace que rebajar la poca estima que le tenía ya al estamento arbitral.
El Madrid tampoco ha estado afortunado. Quizá es un fichaje correcto, no hay nadie mejor que un árbitro para acompañar y hablar con otros árbitros, pero echar el lazo sobre un árbitro en activo no es de ser demasiado cautelosos. El hecho de saber que Megía Dávila estaba dispuesto a aceptar su oferta tampoco dice nada bueno del fichaje.
Megía Dávila no es el primer árbitro que trabaja para un equipo, así a bote pronto recuerdo a Ansuátegui Roca en el Villarreal y a Muguruza en el Alavés, pero creo que es el primero que deja el estamento arbitral para fichar por un equipo.
Todo este asunto no hace más que reforzarme en la idea que el estamento arbitral necesita una profesionalización YA. Necesita que sus propios miembros se respeten entre ellos y este respeto no solo se demuestra no hablando de las decisiones de los otros árbitros o no hablando ante los medios, se demuestra convirtiendo su labor y el de sus compañeros en un trabajo, no en un hobbie. Un árbitro que es además cajero de banco es raro, pero que un árbitro deje su hobbie por una profesión en un club de fútbol me parece un cachondeo de los gordos.
0 comentarios:
Publicar un comentario