Seleccionador o Entrenador

La noticia del cese de Luiz Felipe Scolari de ayer me sorprendió. He de admitir que no me esperaba que se fuera tan poco paciente con un entrenador que llegó para ser el maná del fútbol en Londres, para hacer olvidar el juego rácano pero efectivo de José Mourinho. Pero es una realidad, Scolari ha dejado de ser entrenador del Chelsea para engrosar las largas filas del paro. El cese me trajo una reflexión a la mente: ¿Hay entrenadores que no valen para los clubs pero sí para una selección nacional?

Creo que Scolari es una clara muestra de mi razonamiento. Ha triunfado con Portugal y con Brasil como seleccionador, pero no se le recuerda un paso importante por ningún club y en su primera reválida se ha dado un buen batacazo.

Recuerdo otros seleccionadores que dieron un paso mediocre hacia los clubs: Parreira o Clemente son claros ejemplos, aunque Clemente ganó ligas antes de su paso por la Selección.

Igualmente, recuerdo entrenadores de prestigio que al dar el paso a la Selección han chocado contra un muro insalvable: Sven Goran Eriksson, Louis Van Gaal, Arrigo Sacchi...

¿En qué se diferencia un entrenador de club de un seleccionador? ¿Qué ha de tener un Seleccionador que a los entrenadores les cuesta tanto adaptarse a la vida de seleccionador?

Fijándonos en el Seleccionador español, Vicente del Bosque, me parece que entra en el perfil de seleccionador antes que en el de entrenador. Como entrenador del Real Madrid nunca me convenció. Ganó títulos pero nunca enamoró a nadie y la exigente afición siempre le pidió más. Pero si tuvo un mérito en el Madrid fue: saber llevar un vestuario plagado de estrellas y lleno de egos enfrentados. Por eso me parece que puede ser un buen seleccionador. Un entrenador como Del Bosque que deja a los jugadores hacer lo que quieran en el campo imponiendo una táctica muy flexible (recordemos que fue el primer entrenador que recuerde que jugaba sin interior izquierdo), pero que les sabe llevar fuera del campo concienciando a los jugadores para ser un equipo ganador.