Robinho jugaba en el Santos brasileño y formaba delantera con otro joven jugador Diego. Estaba cantado que ambos iban a dar el salto a Europa. Diego fichó por Benfica y Robinho por el Real Madrid. En su primera temporada solo hizo un partido bueno: el de su debut ante el Cádiz. El resto de temporada fue la de la aclimatación lógica de todo joven jugador que cambia tan drásticamente de cultura.
Sus otras dos temporadas en el Real Madrid han sido buenas. No han sido excelentes, ni siquiera sobresalientes. Han sido buenas. Robinho ha mostrado ser un gran jugador, pero con la irregularidad propia aquellos que se quedan por el camino.
Ahora Robinho quiere doblar su sueldo. Quiere cobrar cuatro millones de euros por temporada y si no le suben el salario, amenaza con irse al Chelsea, club que parece muy interesado en el fichaje. Claro que el Chelsea no va a pagar la cláusula de rescisión, así que tendrá que negociar con el Real Madrid. El club madrileño está molesto con el jugador y su representante porque están abriendo demasiado la boquita, pero es lo que siempre hacen los jugadores cuando se quieren ir. Pasan de ser jugadores que evitan hablar con la prensa, a hacer declaraciones incendiarias.
Mi pregunta es: si Cristiano Ronaldo es una muestra de la esclavitud moderna que hay en nuestros días con respecto a los jugadores, porque no le dejan salir de un club, ¿Qué es Robinho? Un jugador que fuerza la salida del club que le ha dado nombre en Europa porque quiere cobrar un sueldo mayor.
Habrá que preguntárselo a Blatter.
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