En la ciudad de Valencia se está viviendo una situación peculiar. Sus dos principales clubes son más noticia en la sección económica de los periódicos que en los deportes.
En el Valencia, Juan Villalonga ha entrado como hombre fuerte, desplazando a Juan Soler a una presidencia, que le lleva a un segundo plano que le va a venir muy bien al bueno de Juan Soler. Este hombre se ha equivocado más veces de lo que debía y en demasiadas parcelas, pero algún acierto también ha tenido.
En el Levante UD, un grupo inversor encabezado por Tomás Carmona está intentando comprar las acciones a Pedro Villarroel para hacerse con el control del equipo. A los levantinistas les diría que este grupo tiene un proyecto deportivo importante para el club. Pero la falta de seriedad de muchos de los que participan en la compra-venta están poniendo en peligro el traspaso de acciones.
Como conclusión y dejando de lado leyes concursales, compras, ventas, acciones y más términos propios más de un juzgado que de un campo de fútbol, ¿en qué nos estamos convirtiendo? Desde que las SAD entraron en el mundo del fútbol, está claro que los clubes son empresas, muy especiales, pero empresas al fin y al cabo. Pero el mundo de los negocios entra cada vez más en el deporte y no sé si me acaba de gustar.
En el Valencia, Juan Villalonga ha entrado como hombre fuerte, desplazando a Juan Soler a una presidencia, que le lleva a un segundo plano que le va a venir muy bien al bueno de Juan Soler. Este hombre se ha equivocado más veces de lo que debía y en demasiadas parcelas, pero algún acierto también ha tenido.
En el Levante UD, un grupo inversor encabezado por Tomás Carmona está intentando comprar las acciones a Pedro Villarroel para hacerse con el control del equipo. A los levantinistas les diría que este grupo tiene un proyecto deportivo importante para el club. Pero la falta de seriedad de muchos de los que participan en la compra-venta están poniendo en peligro el traspaso de acciones.
Como conclusión y dejando de lado leyes concursales, compras, ventas, acciones y más términos propios más de un juzgado que de un campo de fútbol, ¿en qué nos estamos convirtiendo? Desde que las SAD entraron en el mundo del fútbol, está claro que los clubes son empresas, muy especiales, pero empresas al fin y al cabo. Pero el mundo de los negocios entra cada vez más en el deporte y no sé si me acaba de gustar.
1 comentarios:
Joan Baptista Soler compró el Valencia para que su hijo, Joan, pudiera pegar el pelotazo con lo del estadio y se hiciera un nombre público en la sociedad valenciana.
Pero ha demostrado ser un mal gestor de una SAD y se ha tenido que ir por la puerta de atrás, poniendo a Morera primero y ahora a Villalonga (de pasado madridista al igual que muchas de sus incorporaciones).
En Valencia se respira un clima de alegría inmensa, como si Villalonga fuera a meter treinta goles, pero creo que es más por ver como se aleja Soler, que por otra cosa.
Lo del Levante no tiene tanta miga, el cáncer es Pedro Villarroel.
Saludos
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